Córdoba y un aniversario más
Con diversas actividades se celebra un nuevo evento por la fundación de la ciudad
Me nutro de las profundidades de la tierra de mi lugar de nacimiento, salgo a la luz, y me embellezco del añil de unas montañas que me dan la bienvenida, entro a andar y me voy emperfumando de tomillo, poleo y peperina, para ser más atractivo, y sin embargo tantas cualidades no me sirvieron de mucho, para años y años moverme en soledad desperdiciando mi fertilidad. Cuando ya me resignaba a mi destino, recuerdo que era un día frío de julio, por el blanco de las escarchas que me rodeaban en mi recorrido, cuando me asombró al ver en lo alto de una barranca, a un enjuto personaje cuya vestimenta el tenue sol convertía en plata, al verme creo que pensó en el Guadalquivir de su Sevilla natal, y sin más, desenvaino su espada y con movimientos que yo poco comprendí, más un hombre voluminoso en carnes, vestido de marrón, levantando dos maderas en cruz, pronunciando unas palabras en nombre de quién por primera vez escuchaba, un tal Cristo, creó que de Nazaret algo así entendí, y sin preguntarme me desposó con una bella Doncella, que ahí me enteré Córdoba se llamaba, y sin derecho a oponerme, en el acta matrimonial Primero por nombre me pusieron. La verdad que del Sevillano celestino no tengo más que agradecimiento, porque han pasado cuatrocientos cincuenta años y nuestro amor es mutuo, nos complementamos magníficamente, mi virilidad fue fecunda y hoy aquella Joven Dama, se ha convertido en una hermosa Señora y tan contenta está que con orgullo nuevamente Suquía me llama. Feliz cumpleaños mi Docta amada, al igual que tu Río, yo sin ti no podría estar pleno.Tu Almirante de Tempestades, navegante incansable de tus calles
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