Elon Musk, el multimillonario emprendedor dueño de varias exitosas compañías como Tesla, SpaceX y Neuralink, entre muchas otras, no para de innovar y romper estructuras para hacer de sus empresas las líderes en cada uno de los mercados donde compite.

En estos momentos, SpaceX es la compañía espacial más exitosa del mundo. Una empresa que solo tiene 22 años de existencia es la líder indiscutida en materia espacial, pasando por encima a todas sus competidoras e inclusive a grandes agencias espaciales de distintos gobiernos.

Con su impresionante megacohete Starship, una nave de 122 metros de alto y concebida para realizar vuelos espaciales de largo alcance, se está preparando para llevar de regreso al ser humano a la Luna y en la siguiente década, a Marte. Pero uno de los conceptos que hizo de SpaceX la gran compañía espacial exitosa que es, fue el concepto de la reutilización de cohetes.

¿Si en la industria aeronáutica no se descarta un avión luego de un vuelo, por qué en la espacial lo hacemos con los cohetes?

Esa fue la simple pregunta que se hizo Musk hace dos décadas y desde allí no paró de innovar. Con su caballito de batalla que es el exitoso cohete Falcon 9, que el año pasado realizó 96 despegues, casi el 80% reutilizables, y que este año se prepara para romper el récord de más de 100 lanzamientos, el empresario concibió el primer cohete en no explotar, perderse en el espacio o simplemente ser hundido en el mar, luego de despegar.

Con esa idea, también concibió al “hermano mayor” llamado Starship, que ya realizó cuatro vuelos de prueba y ya realiza los ensayos para que en pocas semanas más haga el quinto vuelo con otra innovación que romperá todos los pronósticos: la Mechazilla.

Se trata de unos brazos robóticos gigantes, también llamados Chopsticks o palitos chinos enormes, que van adosados a la plataforma de lanzamiento que una vez que despegue el cohete, lo intentará atrapar para agilizar el trabajo de un nuevo lanzamiento, ahorrar costos y hacer aún más eficiente cada despegue de SpaceX.

Más allá del curioso nombre acuñado por Elon Musk, será toda una obra de ingeniería, con un total de dos brazos que serán capaces de atrapar cohetes en pleno descenso a la Tierra. A fines de la semana pasada, la compañía de Elon Musk publicó en X una animación de 60 segundos que mostraba a Super Heavy, la primera etapa del nuevo cohete gigante Starship de SpaceX, regresando a la Tierra después de un despegue.

El megacohete Starship consta de dos etapas, una llamada Super Heavy, que básicamente es un gigante propulsor de 70 metros de largo, y otra llamada propiamente Starship o Ship, que es el cohete donde próximamente viajará una tripulación.

La idea de Musk es que una vez realizado el despegue, cuando la primera etapa Super Heavy se separe de Starship, caiga a Tierra para luego ser atrapada por estos brazos robóticos o Mechazilla, directamente en el mismo lugar donde se efectuó el lanzamiento, mientras la nave principal sigue su camino a la Luna, por ejemplo.

“Creo que deberíamos intentar atrapar el cohete con los brazos de Mechazilla en el próximo vuelo”, dijo Musk a través de X el 6 de junio, poco después del cuarto vuelo de prueba de Starship, demostrando el entusiasmo por seguir innovando y desafiando los avances en la industria espacial. “El equipo de Starbase prueba los palillos de la torre para la próxima captura de un cohete Super Heavy”, escribió SpaceX en una reciente descripción del video.

El rol de Mechazilla es clave para seguir abaratando costos en la industria espacial, donde se mueven cifras millonarias en cada despegue.

No solo se trata de recuperar el cohete, o su propulsor principal, sino que también es fundamental ahorrar los costos de traslado. Hoy varios cohetes de SpaceX aterrizan lejos de su lugar de despegue, en plataformas en medio del océano. Luego, esos cohetes hay que trasladarlos otra vez al lugar de despegue, y para ello se necesitan barcos, grúas, mucho personal y millones de dólares para costar las tareas de recuperación de la nave.

Con Mechazilla todo cambiaría. Además, no se trata solo de maniobrar con facilidad los cohetes y naves de gran tamaño con los que trabaja SpaceX, sino también se busca reducir el consumo de combustible, tiempo y peso en cada lanzamiento.

Además, con esta innovación espacial, la compañía SpaceX se ahorra la necesidad de colocar patas de aterrizaje en el cohete, disminuyendo su peso y ahorrando buena parte del combustible que se necesita para el aterrizaje. Por otro lado, Mechazilla aportaría una gran estabilidad que no consiguen los paracaídas cuando una nave espacial de ese tamaño regresa a la Tierra.

Los cuatro vuelos de prueba de Starship hasta la fecha se realizaron en abril y noviembre de 2023 y el 18 de marzo y el 6 de junio de este año. El vehículo ha tenido un desempeño cada vez mejor en cada misión de prueba realizada.

En el primer vuelo, que duró menos de cuatro minutos, las dos etapas de Starship no lograron separarse. Y recién en la última misión, tanto Super Heavy como la etapa superior, conocida como Starship, lograron sus principales objetivos: regresar a la Tierra para amerizar en el océano Atlantico (SuperHeavy) e Índico (Starship).

Starship ya tiene una misión a la Luna en su agenda. La NASA eligió el para que sea el primer módulo de aterrizaje tripulado de su programa lunar Artemisa; si todo sale según lo previsto, Starship hará aterrizar a los astronautas cerca del polo sur de la Luna en la misión Artemisa 3 en 2026.