29 de julio de 2024
Se está iniciando la transición en Venezuela
Esta vez el fraude no será aceptado, ni dentro ni fuera del país, por mucho que se esté intentando una maniobra desesperada por sectores que todavía están en la negación. Esta maniobra desesperada del régimen fracasará
En el pasado, el régimen ha hecho trampa, también desconociendo el resultado. Tan malo como ello fue que sectores democráticos lo aceptaran, pero hoy, simplemente es impensable que ello ocurra, por lo que simplemente ese escenario no debiera darse, no solo porque se ha perdido el miedo, sino que también existió movilización en las calles, que no debiera perderse, y donde resalta María Corina Machado.
No hay que perder el foco en lo importante, ya que comienzan a acumularse las preguntas. Si hay negociación, ¿con quiénes se negociará? ¿Habrá nombres vetados, aunque sean pocos? ¿Todo será abierto o habrá secretos? ¿Tendrá Maduro algún rol? Si es así, ¿cuál? Si se logran acuerdos que ayuden a la democratización, ¿Se solicitará que la fuerza armada sea garante de los acuerdos? Si no se le quiere dar un rol que le es impropio en democracia, ¿bastará con el respeto de todos a la Constitución? Ya que, aunque sea creación chavista es la norma superior, por mucho que se la quiera reformar, apenas se pueda.
Lo que viene requiere claridad en la dirigencia sobre decisiones que exigen total convergencia opositora. A modo de ejemplo, ¿habrá temas y personas que no serán reconocidas como interlocutores válidos? ¿Se separa aguas con toda oposición funcional, que de oposición solo tiene el nombre, ya que su objetivo es servir al régimen y dividir a las fuerzas democráticas? En lo internacional, ¿Habrá un rol especial para Estados Unidos? ¿Otros países? ¿Cuáles?El primer objetivo que era derrotar a Maduro ya fue cumplido. El segundo se está construyendo que es derrotar el fraude del régimen. El primero se consiguió con lo que había estado ausente en el pasado y sin el cual es virtualmente imposible derrotar a una dictadura, que es la unidad, cuya mantención y fortalecimiento es precondición para lograr la segunda victoria, la derrota del régimen, el fin de la dictadura.
Las transiciones traen consigo rosas y, por lo tanto, espinas que obligan a decisiones difíciles, nunca solo de blanco y negro, sino también con grises y amarillos. En la elección, no solo en las urnas, en las calles también se derrotó a Maduro, ahora hay que responder a la confianza de esa amplia mayoría que votó en condiciones de represión, como también a tantos exiliados que se reunieron con entusiasmo a través del mundo, expresando su deseo de regresar. No hay que olvidar a tanta familia que solo desea volver a reunirse con los ausentes, y que fue un elemento clave, tanto en la movilización popular como en la pérdida del miedo, ciudadanos, todos que dieron la victoria que ahora se pretende desconocer, hecho a la vez desagradable y violento.Para este segundo objetivo de desaparición del esquema dictatorial, se necesita seguir insistiendo en la verdad que se ganó la elección para evitar que una falsa narrativa desplace a la verdadera. Este objetivo también necesita escuchar a quienes no son parte de la elite gobernante, de la nomenklatura, pero si integran la administración pública como también son parte de la Justicia o de las fuerzas armadas o policiales, sectores que en ningún caso deben ser entregados en su totalidad a esta dictadura que desea perpetuarse. ¿Cuál será la actitud hacia aquella clase empresarial que se enriqueció con el chavismo, con fuertes elementos de corrupción? La verdad es que no hay respuestas fáciles.Las dificultades mencionadas son reales, pero superables, siempre que exista una perspectiva de avance, lento o rápido, pero continuo, visible para todos, o al menos, para la mayoría, requiriéndose paciencia y serenidad, ya que no todo se va a poder acometer al mismo tiempo.
De las transiciones exitosas, sabemos de la importancia de actuar con seriedad, sin crear falsas ilusiones, como también que cuando se negocie se debe evitar caer en la transacción, en el “quid pro quo”, en el algo por algo, que tanto mal le hace a la imagen de la democracia. Ya que toda negociación debe tener como guía a la ética y a los principios, como distinción básica entre demócratas y quienes no lo son.
La conclusión es lo que repetían María Corina Machado y Edmundo González en gira electoral, que a la dictadura le llegó su hora, lo que refleja años de lucha para la restauración democrática y una historia de superación de dificultades, y, por lo tanto, de aprendizajes, y por lo mismo, de madurez.COMPARTIR:
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