11 de junio de 2024
Anotó un gol que le dio un Mundial a Argentina y jugó en Europa, pero tras el retiro se convirtió en maestro de reiki, hizo un viaje espiritual y vive sin redes
Diego Quintana, aquel delantero surgido en Newell’s, fue el autor de la conquista que martilló el título en la Copa del Mundo Sub 20 del 97. Luego del largo “duelo” tras colgar los botines, se reencontró con el fútbol y es DT: “Empecé a tener de nuevo esas emociones”
- Luego, pagaste el salto a Europa.
- Sí, estuve tres años en el Real Murcia de España. En el primer año, jugué casi todos los partidos y en los otros dos me costó bastante. Yo estaba en un proceso en el cual no entendía algunas cuestiones de por qué no jugaba, y ese fue uno de los momentos más importantes de mi carrera. Porque cuando no jugás es cuando más aprendes, y uno como futbolista más crece. A pesar de haber jugado poco, lo tomé como un gran aprendizaje para mí y me sirvió para lo que vino después.
- Que fue una revancha en el fútbol argentino...
- Si. Estuve seis meses en Instituto de Córdoba, después me fui medio año a Barcelona de Ecuador para luego emigrar a Grecia, donde estuve seis años. Una liga completamente distinta a la nuestra y una cultura diferente también, sobre todo a la cultura española donde había estado. Los griegos en el fútbol son muy pasionales y lo viven como nosotros.
- ¿Por qué colgaste los botines en el 2011?
- Porque hacía bastante tiempo que estaba afuera y tenía ganas de empezar a disfrutar otro tipo de cosas. Si bien había sido una experiencia muy buena la de Grecia, tenía ganas de volver a mi país, para estar más cerca de mis viejos, de mi hermana, de mi familia y de mis amigos más cercanos. Un poco por eso tomé la decisión de quedarme en la Argentina.
- ¿Te quedó alguna deuda pendiente en tu carrera?
- No, la verdad que no. A nivel profesional soy un agradecido por todo lo que he vivido en el fútbol y en los lugares donde pude estar. Jugué en Newells, salí campeón del mundo, y cosas pendientes no me quedaron. Obviamente me hubiera gustado estar en la Selección Mayor, pero no lo tomo como algo que me faltó, porque estoy muy feliz con la carrera que hice.
- ¿Cómo es vivir sin redes sociales?
- Sí, bueno (risas) lo tomó de una manera muy natural no usar las redes sociales, sino se pierde mucho tiempo. Lo veo a mi hijo que estamos hablando y le tengo que pedir por favor que deje el teléfono. Tenemos un programa en el celular que nos dice cuanto tiempo lo utiliza. A lo mejor está entre tres a cuatro horas por día, porque nosotros le restringimos el celular. Pero imaginate las personas que están todo el día usándolo; son horas y mucho tiempo perdido que no aprovechás para hacer cosas más productivas, por lo menos así lo veo yo.
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