29 de julio de 2024
La otra cara del intervencionismo ambientalista
Como un boomerang, Europa empieza a acusar problemas entre su propia gente por las medidas que el bloque impone a quienes quieren vender alimentos dentro de sus fronteras.
Ahora la novedad es que los ganaderos europeos temen quedarse sin la soja necesaria para alimentar sus aves y cerdos, porque la medida comentada tiene impacto sobre la oferta de países que pueden ser ampliamente alcanzados por esta limitación. Brasil es el principal proveedor del Los detalles de cómo se aplicará la norma aún no están claros, en particular de qué manera se certificará que la soja importada no contribuye a la deforestación, señala el sindicato francés de la industria de la nutrición animal. “La consecuencia es que “la mayoría de los importadores y proveedores han suspendido sus cotizaciones, mientras que sus clientes, los fabricantes de forrajes para animales, solo tienen información muy parcial e insuficiente sobre las cantidades disponibles”, apunta la organización.
Francia sigue importando más del 90% de la soja que consume para la alimentación animal, principalmente de Brasil, según una cooperativa agrícola. La misma preocupación empieza a recorrer las zonas agropecuarias de España, un gran productor de carne de cerdo.El ambientalismo mal entendido fue objeto de rechazo por parte del ministro de Agricultura y Ganadería de Uruguay, Fernando Mattos, en el tercer Foro de Ministros de Agricultura China-CELAC. “No somos el problema que causa el cambio climático, somos las víctimas que debemos trabajar conjuntamente para que los grandes emisores tomen conciencia de cómo descarbonizar sus economías”.
América Latina es responsable de casi un tercio de la oferta global de alimentos y productos agropecuarios. “Las tendencias proteccionistas crecen de la mano de los aspectos geopolíticos y los problemas logísticos; las cuestiones ambientales se introducen como un nuevo factor de protección al comercio agrícola”, afirmó.“Nadie defiende más el tema del ambiente que los productores rurales de América Latina, quienes son grandes proveedores de alimentos al mundo y tienen una enorme incidencia en el negocio global”, expresó el funcionario. Subrayó asimismo que los países desarrollados deben asumir su responsabilidad en la descarbonización de sus economías y colaborar para mitigar los efectos del cambio climático, que impactan negativamente en el sector agropecuario.
Respecto de este tema, la Bolsa de Comercio de Rosario considera que entre los principales exportadores globales del Complejo Soja, la Argentina es la más expuesta a las regulaciones mencionadas. La Unión Europea (UE) es la principal importadora global de harina de Tanto en volumen como en valor exportado, la Argentina es el país que más orientado tiene su complejo soja al mercado de la UE. En este sentido, el 21% del volumen exportado de poroto, harina y aceite de soja en 2022 se embarcó con este destino.Nuestra elevada participación en la demanda del bloque europeo se explica fundamentalmente por las exportaciones nacionales de harina de soja. La Argentina responde por casi un tercio de las compras de este derivado por parte de la UE. El punto es que a partir de la nueva normativa, la geolocalización y la trazabilidad de la producción emergen como insumos esenciales para el acceso al estratégico mercado europeo.
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